Las tecnologías de vanguardia impulsadas por la inteligencia artificial han transformado la sociedad a nivel global y tienen el potencial de ser un gran elemento igualador, empoderando a los individuos, mejorando el bienestar humano y promoviendo los derechos universales.
Bajo este contexto, los humanos digitales se han posicionado como una posible alternativa para hacer frente a problemáticas como el acoso laboral, la discriminación o desigualdad gracias a su ausencia de comportamientos estereotipados, contribuyendo a crear un entorno laboral más justo y equitativo.
Humanos digitales para garantizar un 100% de confidencialidad
El acoso sexual es un problema persistente que afecta a todos los países, sectores y ocupaciones a escala mundial. Esta problemática ha sido contrastada por las cifras del Gobierno de España, que revelan que el 72% de las víctimas de acoso sexual no ha puesto el caso en conocimiento de su empresa y, de ellas, el 61,9% no lo ha hecho por temor a represalias.
En ese sentido, múltiples estudios han demostrado que los humanos digitales pueden mejorar la disposición de las personas a compartir información confidencial, aumentar la sensación de comodidad en situaciones en las que alguien podría tener que comunicar algo negativo y también reducir los temores de los empleados ante el juicio externo de sus superiores y de otros compañeros de trabajo.
«Una de las principales virtudes de los humanos digitales es que, al no ser realmente humanos, pueden facilitar un 100% de confidencialidad. Esto les hace especialmente relevantes para atender problemas de discriminación y hasta acoso laboral, en los que las víctimas no se atrevieran a realizar preguntas o trasladar una queja a un ser humano real», comenta María Pardo de Santayana, directora comercial, marketing y comunicación de Wehumans.
Estabilidad emocional ante casos de desigualdad laboral
El sesgo en los procesos de reclutamiento de personal por parte de las empresas es otro elemento de desigualdad laboral en un contexto en el que cerca del 80% de las mujeres en España, Francia y Reino Unido cree que la sociedad hace a las mujeres elegir entre la carrera profesional y la familia. Una circunstancia que agrava esta situación es la dificultad para comunicar a la empresa la decisión de ser madres. Así, según la misma encuesta, seis de cada diez encuestadas en los tres países tiene miedo de comunicar un embarazo a sus superiores, y al menos, el 42% de ellas han tenido que enfrentarse a preguntas sobre una posible maternidad en entrevistas de trabajo.
«Como cabe esperar, los humanos digitales no emiten ningún juicio de valor, por lo que garantizan una estabilidad emocional ante un potencial conflicto y no tienen ninguna ‘salida de tono’. Además, los humanos digitales son capaces de mostrar apoyo a través de sus acciones, tono y lenguaje corporal», concluye María Pardo de Santayana.
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